jueves, 12 de noviembre de 2009

Una controversial "Teoria de Carlos Darwin"









Las primeras objeciones al evolucionismo darwinista fueron tanto científicas como religiosas.


Las objeciones religiosas destacan por rechazar la evolución a favor de posturas creacionista, según las cuales Dios (u otras ideas en otras religiones) creó el mundo y a los seres vivos con un propósito divino. La resultante controversia creación-evolución ha sido un punto importante de conflicto entre religión y ciencia; pero a pesar de ello muchos de los contemporáneos de Darwin al conocer las evidencias, fueron aceptando la “transmutación de las especies”.



El mecanismo evolutivo específico que proveyó Darwin, la selección natural, en sus inicios fue activamente disputado por teorías alternativas tales como el Lamarckismo y la ortogénesis. La cuenta gradualista de Darwin encontró posiciones tanto en el saltacionismo y en el catastrofismo. Además, el mecanismo específico de Herencia genética propuesto por Darwin, pangénesis, carecía de evidencias. Al comienzo del siglo XX la pangénesis fue reemplazada por las leyes de Mendel, lo que llevó a la síntesis evolutiva moderna. El darwinismo en su nueva forma llamada "Neo-Darwinismo", logró una aceptación universal entre los biólogos con la ayuda de nuevas evidencias, tales como las genéticas, confirmando las predicciones de Darwin y refutando otras teorías similares.
Desde entonces, aunque ha habido desacuerdos y nuevas ideas sobre puntos específicos, como el equilibrio puntuado, la teoría misma no ha sido rebatida en el campo de la biología, y es comúnmente descrita como la "piedra angular de la biología moderna".



Las críticas no científicas
Esta caricatura satírica de Charles Darwin del año 1871 es un reflejo de las primeras objeciones a la evolución humana.
Actualmente la teoría biológica de la evolución, basada en la propuesta originalmente hecha por Darwin, es admitida universalmente por la comunidad científica, dado que ninguna otra teoría científica explica el carácter jerárquico de la diversidad biológica o es compatible con la historia paleontológica.
Aunque no existen teorías científicas alternativas, sí hay oposición desde puntos de vista religiosos o metafísicos, a través del
creacionismo. Particularmente algunos grupos cristianos, principalmente protestantes, e islámicos se oponen, con diversas estrategias, a una teoría que consideran que declara innecesaria la existencia de Dios. Entre otras estrategias han intentado crear alternativas aparentemente creíbles científicamente para demostrar la veracidad del relato de la creación en las Escrituras, o al menos la existencia de un creador inteligente que, en sucesivos impulsos, pusiera en marcha y encauzara la evolución natural (Diseño Inteligente). Ninguno de estos desarrollos ha conseguido entre los científicos la credibilidad buscada, pero sí una gran influencia política en Estados Unidos, donde la mayoría de la población declara no creer cierta la teoría científica de la evolución y sí la exactitud del relato bíblico del Génesis. Apoyándose en esa influencia entre el público, proponen que las ideas creacionistas sean enseñadas en los cursos de ciencia escolares en pie de igualdad con la teoría vigente. Sin embargo, el "diseño inteligente" no sólo no ha tenido buena acogida en la comunidad científica, sino que tampoco ha sido apoyado por la justicia de los Estados Unidos, que dictaminó que era "inconstitucional la enseñanza del diseño inteligente en las escuelas por ser un "argumento religioso" y que "es una redenominación del creacionismo, no una teoría científica".En esta opinión tiene el máximo peso que los promotores del Diseño Inteligente hayan declarado en más de una ocasión, por ejemplo en el documento conocido como Estrategia de la cuña, que su intención es desacreditar aquellas explicaciones de la realidad natural que, como el darwinismo, prescinden de Dios; y que la verdad de que hay un Dios personal que creó el mundo es una verdad a priori que no se puede discutir o investigar, lo que entra en contradicción con el concepto mismo de ciencia.
Así, en contraste a las objeciones iniciales a la evolución que eran o estrictamente científicas (postulados científicos actualmente obsoletos) o explícitamente religiosas (creacionismo clásico); las objeciones de origen más recientes frecuentemente desdibujan esta distinción; y son más bien sólo de origen
dogmático, tratadas de mostrar erróneamente como postulados científicos. Movimientos tales como la autollamada "ciencia" creacionista o "creacionismo científico", apoyada en el Diseño inteligente (realmente pseudociencia), se destaca por atacar las bases científicas de la evolución, por un lado, y, por otro, argumentan que habría una mayor cantidad de evidencias científicas (según ellos, no admitidas por sus oponentes) que respaldarían el diseño de la vida por un Dios o por un ente inteligente.
Referente a muchos de los argumentos que están directamente en contra de la evolución, incluyendo objeciones a las evidencias evolutivas, a la metodología, a su plausibilidad, su moralidad y su aceptación científica; la comunidad científica indica que estos argumentos han sido rechazados por la
biología y por disciplinas relacionadas, y no son aceptadas por la comunidad científica en general; debido principalmente al carácter no científico y dogmático de estas objeciones.
Algunas religiones como el catolicismo han reconciliado parcialmente sus creencias con la evolución mediante un pensamiento de tipo pro-evolución teísta. Sin embargo grupos más fundamentalistas en otras religiones (principalmente protestantes) siguen oponiéndose frontalmente a la enseñanza y la divulgación de la evolución.



Objeciones a la moralidad de la evolución.
Otras de las comunes objeciones al evolucionismo se basan en que la evolución lleva a resultados objetables, incluyendo más creencias, comportamientos y eventos. Se argumenta que la enseñanza del evolucionismo degrada los valores morales. Los grupos que promueven tales objeciones justifican su hostilidad sin base científica alguna porque, como dicen, fomenta la
irreligión y el ateísmo. Los movimientos creacionistas anti-evolución aún utilizan el Darwinismo social para tratar de desacreditar la teoría de la evolución establecida por la





Síntesis evolutiva moderna.
En tanto, La evolución es aceptada en la comunidad científica, independientemente de la suceptibilidad de algunos grupos religiosos, a tal punto de considerarse un hecho científico por el etólogo
Richard Dawkins; puesto que la evolución humana se basa en una serie de pruebas que la acreditan y, desde el descubrimiento de ADN, la evolución biológica se asentó como una realidad objetiva con credibilidad suficientemente empírica.
La evolución plantea que los humanos no son diferentes de los animales.

Darwin reconoció temprano que el aspecto más controvertido de la teoría evolutiva es su
aplicación a los seres humanos. Específicamente, muchos objetaron la idea de que todas las diferentes formas de vida, incluyendo a los seres humanos, surgieron mediante un proceso natural sin la necesidad de una intervención sobrenatural que le otorgue una diferencia frente a los demás seres vivos; descubrimiento que hizo que el grupo más ortodoxo de la población religiosa reaccionara en forma sensible.



Las críticas científicas
Después de haberse impuesto sobre teorías alternativas tales como el
Lamarckismo y la ortogénesis. La teoría sintética es considerada el modelo explicativo más explorado y robusto de los que se dispone actualmente para comprender los fenómenos evolutivos. Sin embargo, aun destacando que realmente no existe hoy una sólida teoría alternativa desarrollada, algunos científicos sí han reclamado la necesidad de realizar una reforma o ampliación de la Teoría Sintética, con nuevos modelos capaces de integrar la biología del desarrollo o incorporar una serie de descubrimientos biológicos cuyo papel evolutivo se está debatiendo, tales como ciertos mecanismos hereditarios epigenéticos, la transmisión horizontal; o propuestas como la existencia de múltiples niveles jerárquicos de selección o la plausibilidad de fenómenos de asimilación genómica para explicar procesos macroevolutivos (incremento de complejidad por integración en complemento al incremento en complejidad por transformación -gradual-).
Los aspectos más criticados dentro de la teoría sintética son: el
gradualismo, que ha obtenido como respuesta el modelo del equilibrio puntuado de Niles Eldredge y Stephen Jay Gould; la preponderancia de la selección natural frente a los motivos puramente estocásticos; la explicación al comportamiento del altruismo; y el reduccionismo geneticista que evitaría las implicaciones holísticas y las propiedades emergentes a cualquier sistema biológico complejo.
Igualmente, Lynn Margulis va más allá de su teoría científica de la simbiogénesis, para postular una nueva teoría en la que postula que la simbiosis sería la fuente principal de la variación heredada; mediante la cual se combinan genomas enteros. Sin embargo a diferencia de su aceptada y probada teoría sobre el origen de las células eucariotas, la nueva teoría de Lynn Margulis sobre la simbiosis entre microorganismos como importante fuerza de la evolución, no es aceptada por la comunidad científica, por carecer de evidencia contundente (no explicable por las hipótesis vigentes) a favor.
Así, el
consenso de la comunidad científica considera realmente que los temas a tratar son solo desacuerdos y nuevas ideas sobre puntos específicos, y realmente la teoría misma no ha sido rebatida en el campo de la biología; siendo comúnmente descrita como la "piedra angular de la biología moderna".

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